En las últimas semanas, hemos sido testigos de una serie de actos de violencia que han impactado directamente a afiliadas de la IRG. Queremos llamar la atención sobre dos de ellos, no para compararlos (son radicalmente diferentes en escala, contexto y nivel de brutalidad), sino para resaltar cómo diferentes manifestaciones del militarismo en todo el mundo están interconectadas, incluso cuando se experimentan en contextos diferentes a casi 14,000 km de distancia.
El primer caso de violencia es el que se ha vivido en Jenin, en Cisjordania, donde se encuentra nuestro grupo afiliado, el Centro Cultural Creativo de Jenin. La ciudad de Jenin ha experimentado recientemente la “más larga y mortal operación militar israelí en la zona en 20 años”. Se han reportado 21 muertes, al menos 130 heridos, carreteras destruidas y daños a la infraestructura de energía y agua. Por supuesto, el reciente asalto a Jenin se sitúa dentro de un contexto más amplio de atrocidades perpetradas por el estado israelí y las comunidades de colonos en Gaza y Cisjordania, que según el Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos, equivale a genocidio. Enviamos nuestra solidaridad y apoyo al Centro Cultural de Jenin y a todas/os aquellas/os que trabajan por una paz sostenible y a largo plazo en Palestina/Israel.
El segundo caso es la violencia policial experimentada por miembros de nuestro afiliado Wage Peace y el movimiento antiarmas en Melbourne mientras intentaban detener la Expo de Armas de Fuerzas Terrestres. La policía antidisturbios usó caballos, disparó gases lacrimógenos y balas de goma, y atacó repetidamente a las/os manifestantes noviolentas/os. En el evento, los mayores fabricantes de armas del mundo estaban publicitando armas, sistemas y servicios a fuerzas militares de todo el mundo. Muchos de las/os manifestantes eligieron centrar sus acciones en la guerra contra Palestina y destacaron la presencia de varias empresas israelíes de armas, incluida Elbit, en el evento. La resistencia contra estas exposiciones es necesaria si queremos que la violencia en otros contextos se detenga, y enviamos nuestra solidaridad y apoyo a Wage Peace y a todas/os aquellos que resisten la guerra y sus causas en eventos como este.
Lo que conecta estos casos son las múltiples maneras en que el militarismo es experimentado y resistido por activistas noviolentos y civiles en todo el mundo: mientras algunos son asesinados y mutilados por la violencia militarizada cuando su ciudad es ocupada por fuerzas militares, otros son disparados y arrestados por resistir los sistemas y estructuras que se benefician de ello. El militarismo y los motores de la guerra a menudo cruzan fronteras, pero nuestra solidaridad y actos de resistencia también pueden hacerlo. Siempre debemos recordar que la guerra es un crimen contra la humanidad. Nos solidarizamos con todas/os aquellas/os que experimentan la guerra y la violencia, y con todas/os aquellas/os que resisten noviolentamente las causas de la guerra.
https://wri-irg.org/es/articulo/2024/declaracion-del-ejecutivo-de-la-irg-solidaridad-con-el-centro-cultural-de-jenin-y
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